Si tu sueño es pisar el acelerador hasta el fondo, derrapar en curvas congeladas y utilizar todos y cada uno de los caballos de fuerza de un coche deportivo de alta gama, esta experiencia es para ti.
Una de las muchas ventajas de ser editor en una revista de estilo de vida es la variedad de invitaciones que recibimos todos los días. De todo eso, los viajes son los mejores, y en casi 15 años de carrera en medios impresos nacionales, éste ha sido, por mucho, el mejor hasta ahora.
La idea de lanzarme a Canadá para poner a prueba los coches deportivos de esta exclusiva marca alemana sonó increíble desde el primer momento, sobre todo porque me prometieron que las actividades en las pistas estarían al nivel de las que hacen los profesionales y expertos en este tipo de máquinas. Y no mintieron.
Y es que recorrer una pista congelada elaborada por ingenieros automotrices no es algo que se puede hacer todos los días, a menos que estés en Complejo Mécaglisse, en la provincia canadiense de Quebec, donde el staff de Porsche recibió a decenas de invitados de todo el mundo (incluyendo algunos propietarios de coches) para mostrar lo que sus autos y su tecnología de punta son capaces de hacer.
La jornada inició con una breve clase en la que nos explicaron las adecuaciones especiales de los coches, como el tipo de llantas para superficies congeladas y las técnicas y estrategias para derrapar y mantener el control del coche.
Si te gusta pisarle en carretera y estar detrás del volante, te va a encantar, pero te aseguro que no es nada parecido a lo que hasta ahora has experimentado
Me dijo el piloto profesional Jonathan Urlin, quien desde hace algunos años forma parte del staff del Porsche Ice Experience Canada.
Pero como dicen los lead instructors del evento, la verdadera instrucción para manejar se da en las pistas, así que en cuanto llegamos nos montamos en los Porsche 911 Carrera S y 4S, capaces de superar los 300 Km por hora y alcanzar una aceleración de 0 a 100 Km en 3.5 segundos.
Divididos en cinco niveles, el programa invernal incluye desde cómo sentarse correctamente y dónde fijar la vista en la pista, hasta técnicas de frenado y aceleración constante. Todo lo aprendimos sobre los coches, pero supervisados desde tierra por el staff y en comunicación constante por medio de radios de frecuencia corta.
Tuvimos ejercicios como slalom y derrape continuo sobre hielo, en las que también utilizamos los 911 Turbo y los Turbo S, de hasta 580 caballos de fuerza y un top track speed de 330 Km por hora.
Los distintos paquetes y programas del Ice Experience, que varían en días de duración y en la complejidad de las pruebas, incluyen cenas, desayunos, lunchs y hospedaje en exclusivos hoteles (nosotros nos quedamos en el Estérel Resort, ubicado a una hora el norte de Montreal y a 30 minutos de la pista), y en el famoso Le St-Sulpice, en pleno centro histórico de Montreal.
La filosofía de las experiencias de Porsche es mostrar los caminos y los lugares más bellos del mundo sin importar el clima, pues también pueden ser realizados durante las cuatro estaciones, y en países como Finlandia, Suiza, Italia y China. Más información en experience.porsche.com .
(Vía: Quién)