ENTREVISTA CON JOSÉ HERNÁNDEZ. EL FUTURO AEROSPACIAL DE MÉXICO
A finales de agosto de 2009, José Hernández Moreno se alistaba para subir al transbordador Discovery de la NASA y, por 14 días, ser uno de los exclusivos huéspedes de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Texto por Sarai Rangel | José Hernández Moreno de padres inmigrantes, el recorrido para convertirse en el segundo astronauta mexicano puso a prueba su perseverancia y temple más de una vez: 11 ocasiones, para ser exactos.
José Hernández [JH]: “Efectivamente, no fue sino hasta el doceavo intento que me seleccionaron como astronauta. Mucha gente me preguntaba: ‘¿No te frustras? ¿Por qué no te das por vencido?’.
Para mí se trataba de un sueño que nació desde que tenía 10 años, cuando miré al último hombre caminar por la superficie de la Luna en la televisión –– se refiere a 1972, durante la última misión del Apolo 17 ––.
Convertir ese sueño en realidad fue lo que me impulsó a terminar la prepa, ir a la universidad, estudiar un posgrado… Después, cuando comencé a intentarlo y fallar, siempre buscaba mejorar mi currículum: un año me hice piloto, luego me certifiqué como buzo, me mandaron a Rusia en un proyecto muy interesante y aprendí ruso… Logré todo eso tan sólo intentando ser astronauta. No era un premio de consolación, me hacía feliz.
Más importante: me gustaba cómo estaba llevando mi carrera y mi vida. Si tuviera que intentarlo 13 o 14 veces, lo hubiera hecho. Supongo que esa fue la razón de que la frustración nunca llegó”.
Trabajo y sacrificio
Parece que la palabra “imposible” no existe en su vocabulario. La infancia de José transcurrió entre los plantíos de California, recogiendo frutas y hortalizas junto a su familia.
Sólo volvían a México de diciembre a febrero para luego emprender de nuevo el viaje.
Hoy asesora al gobierno mexicano sobre cómo fortalecer su industria aeroespacial y enseña a estudiantes universitarios a hacer nanosatélites. El primero de ellos hecho en México, el AzTechSat-1, tiene su huella.
JH: “Me encanta que los jóvenes sueñen en grande. Mi compromiso es tratar de ampliar la participación de México en la comunidad aeroespacial y para hacerlo es importante colaborar con las universidades, trabajar con los estudiantes y ayudarlos a crear proyectos interesantes que tal vez no se habían animado a realizar”.
AzTechSat-1 es un nanosatélite del tipo CubeSat desarrollado por estudiantes de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla con asesoría y capacitación técnica directa de José Hernández y de la NASA.
Fue lanzado al espacio en diciembre pasado a bordo de un cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX, rumbo a la EEI. Si todo sale bien, a principios de febrero será puesto en órbita.
JH: “Ahorita con el CETYS (Centro de Enseñanza Técnica y Superior) en Baja California, México, estamos tratando de ampliar esos retos. No nada más hacer un satélite, también trabajar la tecnología de lanzar cohetes pequeños. Es mi granito de arena en este proceso para inspirar a los jóvenes”.
¿Qué misión tiene ese cubo de 10 x 10 cm en el inmenso espacio?
JH: “Su tarea es comunicarse con la constelación de [72] satélites Globalstar para tener comunicación intersatelital. Sin ese intercambio uno tiene que esperar hasta que la estación pase sobre Puebla (o algún otro punto) para bajar datos, y eso sólo ocurre por cinco minutos o menos unas dos o tres veces al día; con nuestro satélite podremos bajar cualquier dato en cualquier momento, sin importar donde esté”.
Esta colaboración la realizó mediante su compañía Tierra Luna Engineering, LLC, una consultora especializada en temas de aeronáutica y aeroespacial creada luego de su estancia en la NASA. Uno de sus primeros proyectos fue asesorar a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes mexicana en la compra y lanzamiento de tres satélites.
¿En realidad existen las condiciones para una industria aeroespacial en México?
JH: “Creo que sí. En Querétaro hay bastante industria. También en Chihuahua o Puebla. Creo que hay clima para esto. Fíjate que la industria aeroespacial, desde el punto de vista operativo, es muy similar a la industria automotriz, y la de México, como sabes, es muy robusta. Ese modelo se puede seguir para que la industria que ya existe aquí se convierta y cambie de rumbo”.
A lo que José se refiere es del ensamblado y manufacturación de partes de aeronaves y cohetes.
JH: “Sí, y otra cosa que me gustaría es atraer a una empresa para que construya un avión completo hecho en México. Además, es importante invertir en esto porque crea empleos mejor pagados. Esos trabajos requieren de más estudios y preparación, la calidad de vida mejora alrededor de esas industrias y es más especializado.
Una de las preguntas fundamentales que cuestionan las empresas cuando están pensando en instalarse en un lugar es de dónde tomarán empleados en el futuro. Es importante que el sector privado trabaje con las universidades y el gobierno en el aspecto de dar incentivos para que la institución forme al personal que necesitan. Creo que si todos trabajamos a fondo, podremos hacerlo”.
Por su parte, José piensa seguir trabajando en su objetivo de hacer de México un país atractivo para el campo aeroespacial. “Que haya inversión extranjera aquí y crear empleos que motiven a nuestros jóvenes”.