Consejos para que los niños se desconecten de las pantallas

No se les puede negar el acceso a las tecnologías pero tiene que haber reglas.

Una de las consecuencias que nos ha dejado la pandemia es un mayor uso de plataformas digitales. Las utilizamos para estudiar, trabajar, divertirnos. El reto es que luego es difícil dejar el hábito de pasar todo el tiempo conviviendo con pantallas y, aún más cuando se trata de niños. Por eso vamos a compartirte algunos consejos para ayudar a los menores a alejarse de la tecnología. 

Como explica Manuel Armayones, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigador del eHealth Center,  dado que muchas familias se vieron obligadas a teletrabajar, los más pequeños quedaron bajo el amparo de los celulares, las tabletas y la televisión que, además también se convirtieron en el principal recurso educativo con el que conectarse a las clases en línea y seguir aprendiendo. Y, al acabar la jornada, los momentos de ocio (individual y en familia) se vieron reflejados en los mismos dispositivos.

“¿Se abusó de las pantallas? Sí, pero no creo que debamos buscar culpables. Todos lo hicimos lo mejor que pudimos. Ahora solo podemos mirar hacia atrás e intentar aprender algo”, dijo el especialista.

Y también vale la pena reflexionar que, si bien el uso de pantallas se acentuó, la realidad es que no es algo nuevo debido a la contingencia sanitaria. “Se trata de un abuso, no de una adicción. Pero, en el caso de los niños, una exposición abusiva a estas tecnologías puede generar un excesivo malestarirritabilidad aislamiento. A largo plazo, la actividad sedentaria puede alterar las horas de sueño y puede provocar problemas de sobrepeso u obesidad”, advirtió Armayones.

Asimismo recordó que estudios, publicados en revistas científicas como The Lancet, sugieren que el uso excesivo de las pantallas en menores podría afectar negativamente su desarrollo cognitivo. “De ahí la necesidad de romper el vínculo de dependencia con la tecnología, es decir, de una desconexión digital“.

¿Qué hacer?

Los expertos recomiendan limitar el tiempo dedicado a las pantallas en función de la edad de los niños. Por norma general, se recomienda que los menores de dos años no hagan un uso rutinario de las pantallas. De tres a cinco años, se recomienda un uso máximo de 30 minutos diarios. De seis a 12 años, se aconseja usarlas una hora al día como mucho. Y de 13 a 16 años, el límite es de dos horas diarias.

Armayones, experto en el impacto de estas nuevas tecnologías y autor del libro El efecto smartphone: conectarse con sentido, también sugiere cinco consejos para hacer que los niños desconecten de las pantallas:

1- Establece normas claras. Hay que mantener una conversación sincera para que entiendan por qué no pueden estar todo el día “enganchados” y por qué deben seguir algunas normas.  Hay que explicarles qué se puede y qué no se puede hacer con el celular, cuánto tiempo se le puede dedicar y en qué momentos hay que reducir su uso.

“Todos sabemos que los venenos son veneno en función de la dosis. Con las nuevas tecnologías pasa lo mismo. Mucho o poco depende del efecto que tenga en la vida personal. En el caso de los niños, hay que prestar atención a si el uso de estos dispositivos cambia su comportamiento o si las actividades que realizan, como es el caso de los videojuegos, les crean una cierta adicción”, dijo Armayones.

2-Negocia sin miedo. No hay normas de oro para el uso de los celulares y como cada niño es diferente, las condiciones se pueden pactar. “Si un niño se porta bien y tiene buen rendimiento escolar, a veces podemos dejarle el celular un ratito más. En otros casos, cuando vemos que el uso de estas herramientas genera un problema, es importante restringir su uso”, explica el experto.

Asimismo, hay que aclarar que el tiempo pactado también puede variar en función de las circunstancias. En periodos de exámenes, por ejemplo, habrá casos en los que será necesario reducir el uso de estas herramientas.

 

3- Antes que prohibir, es mejor ofrecer alternativas. Los límites sobre el uso del celular pueden resultar más llevaderos si, a cambio, se ofrece una alternativa. Las actividades al aire libre, por ejemplo, resultan claves para el desarrollo de los más pequeños. Y en ellas no hace falta depender de ningún elemento tecnológico.

“Los niños nunca piden el celular cuando están en el parque, porque se lo están pasando bien y andan entretenidos. Si lo piden, por ejemplo, cuando vamos a comer y se aburren con las conversaciones de los adultos. Esto nos debería hacer pensar”, comenta. Las alternativas al celular pasan por actividades recreativas de todo tipo: desde jugar al aire libre hasta hacer deporte, pintar, hacer manualidades, leer un cuento o pasar un rato en familia.

4- No prediques, también da ejemplo. De nada sirven los consejos sobre el buen uso de estos dispositivos si los niños ven que sus padres hacen justamente lo
contrario. “Si queremos enseñar a los niños que no deben depender de una pantalla, es imprescindible que los mayores les demostremos lo mismo con nuestras acciones”, señala el investigador, quien también recuerda que el uso excesivo de las pantallas también perjudica a los adultos. De hecho, se estima que los adultos miran el móvil cada diez minutos. Y los menores de 25 años, cada siete.

5- Con seguridad y sin contraseñas. Los celulares que utilizan los niños deben estar siempre bajo supervisión por lo que no deben contar con contraseñas y es mejor no utilizarlos a puerta cerrada pues es más importante la seguridad de los niños que su privacidad. También se recomienda usar aplicaciones diseñadas para el control parental de los dispositivos.

Por último el experto señaló: “hay que aprovechar los periodos de calma para desconectarnos de las pantallas y pasar más tiempo en familia. Estos momentos servirán para cargar las pilas de cara a un futuro incierto”

(Vía: El Universal)

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