“Coronavirus no debe nombrarse más”: el llamado de las indígenas de la Sierra Nevada
Las sagas o mujeres sabias del pueblo wiwa les hicieron un llamado a los cuatro grupos indígenas de la Sierra para que no llamen a la enfermedad pronunciando su nombre y realicen pagamentos a los sitios sagrados con especies que tengan espinas.
En la Sierra Nevada de Santa Marta, único ecosistema del Caribe colombiano con cumbres nevadas, habitan cerca de 60.000 indígenas de los grupos arhuacos o ikas, wiwas, koguis y kankuamos, etnias que con su sabiduría han protegido los recursos naturales desde siempre.
Por medio de un halo de conocimiento ancestral, liderado por las mujeres de estos grupos, la Sierra aún cuenta con más de 1.000 especies de animales, de las cuales 44 son únicas en el mundo, y una vegetación tan diversa que va desde los frailejones de páramo hasta inmensos árboles con hojas de mil colores del bosque seco tropical.
Mensajes de las sagas
Los indígenas de la Sierra Nevada, también llamados pueblos originarios, rigen sus usos, costumbres y tradiciones a una cosmología y cosmovisión cultural, principios naturales y a la ley de origen.
Las autoridades tradicionales, de edad avanzada y amplia sabiduría, son las encargadas de salvaguardar la pervivencia, armonía y equilibrio de la paz integral por medio de su conocimiento, trabajo que recae en los mamos (hombres) y sagas (mujeres).
Las sagas, mayoras o mujeres sabias del pueblo wiwa, luego de una reunión sostenida con la comisión de mujeres e integrantes (llamadas menas), decidieron aplicar todo ese conocimiento ancestral para evitar que a sus sitios sagrados llegue la pandemia por medio del silencio de la palabra coronavirus.
“Es de gran preocupación cuando la mayora expresa que es necesario unificar criterios desde el conocimiento y la sabiduría para proteger la integridad del ser indígena en todas su contextualización territorial, enfatizando que al hermanito menor debemos protegerlo por igual”, revela el texto construido por las mujeres indígenas.