Cierto es que Miley Cyrus ha forjado a lo largo de buena parte de la presente década una reputación -al menos en el plano artístico- de ‘chica mala’ y rebelde que no dudaba en hacer ‘twearking’ y sacar la lengua en medio de sus actuaciones televisivas al tiempo que lucía provocadores y surrealistas modelitos: todo ello sin olvidar alguna que otra chocante declaración sobre su extinto consumo de drogas o los entresijos de su sexualidad.
Esa actitud -de la que poco habría que reprocharle, por cierto- ha llevado a muchos internautas a sacar automáticamente la conclusión de que la más reciente de las rupturas protagonizadas por la intérprete y su todavía marido, el actor Liam Hemsworth, se debía fundamentalmente al carácter ‘alocado’ y transgresor de la antigua chica Disney.
Sin embargo, fuentes del entorno de la expareja parecen tener una visión muy diferente de lo ocurrido y de sus circunstancias, como sugieren los testimonios que ha venido recopilando en las últimas horas la revista estadounidense People: “Todo el mundo piensa que Miley es la problemática, la inmadura y la más fiestera, pero eso no es cierto. Liam sale con sus amigos mucho más que ella y, de hecho, ha sido Miley la que ha terminado hartándose de esa dinámica”, ha apuntado un informante.
Los mismos confidentes aseguran que la personalidad del hermano pequeño de Chris Hemsworth, quien está a su vez casado con la actriz española Elsa Pataky, es mucho más compleja y conflictiva que la percepción de ‘chico tranquilo y surfero’ que de él tendría la inmensa mayoría de la opinión pública: una situación que, siempre de acuerdo con esta versión de los hechos, habría dado más de un quebradero de cabeza a la estrella del pop.