Estos son los cinco Pueblos Mágicos más antiguos de México
No cabe duda que los Pueblos Mágicos son lugares imperdibles para conocer gracias a su belleza arquitectónica, cultural, gastronómica y, muchos de ellos, por su carácter ancestral.
Sus antiguas calles, casas, iglesias, sitios arqueológicos y gente provocan que, en estos poblados, el turista viva una experiencia única, realizando un viaje por el tiempo para conocer las profundas raíces de los pueblos mexicanos.
Si buscas reconectar con el pasado en lugares con mucha magia e historia, te traemos los cinco Pueblos Mágicos más antiguos del país.
Tzintzuntzan, Michoacán
Ubicada en la zona lacustre de Michoacán, Tzintzuntzan fue fundada en el año 1,325 de nuestra era por Tariácuri, el fundador del Imperio purépecha. De esta manera, la localidad se convirtió en la capital y ciudad más importante de aquel imperio.
Las antiguas tradiciones indígenas, mezcladas con la posterior conquista española, viven en esta región como en ninguna otra, especialmente en el Día de Muertos o Noche de Ánimas, como es llamada en Michoacán.
Foto: MaloMalverde. Flickr
Caracterizada por sus callecitas empedradas y sus casas de color blanco con techos de teja roja, no te olvides de visitar la zona arqueológica Las Yácatas, el conjunto conventual de Santa Ana y dar un vistazo a la artesanía indígena en el mercado al aire libre.
Pátzcuaro, Michoacán
Nos quedamos en el Lago de Pátzcuaro, haciendo una parada en la ciudad homónima, fundada por los purépechas en el año 1,300 d.C. Al igual que Tzintzuntzan, prácticamente pueblos vecinos, Pátzcuaro conserva aún un carácter indígena y colonial muy vivo.
Durante la ocupación purépecha, fue el principal centro religioso de la región, pues se creía que aquí ascendían y descendían los dioses. Tras la llegada de los españoles, siguió siendo un centro de culto importante, por lo que hoy en día cuenta con varios antiguos conventos, casonas coloniales, plazas y mercados.
Foto: Sectur Michoacán
No te puedes perder la Casa de los Once Patios, la Plaza Vasco de Quiroga, el Templo del Sagrario, la Basílica de la Virgen de la Salud, el Templo y Hospital de San Juan de Dios, la Plaza de San Francisco, el Palacio de Huitziméngari y el Teatro Emperador Caltzontzin.
Papantla, Veracruz
Localizado al este de México, en el estado de Veracruz, Papantla fue fundada en el año 1,200 por indígenas de Tuzapán, herederos de los olmecas, teniendo una estrecha relación con la zona arqueológica de El Tajín.
Papantla, de calles caprichosas y antiguas construcciones coloniales que aún perduran, es conocida mayoritariamente por dos razones: los voladores de Papantla, una antigua danza/ceremonia ritual y por el cultivo de la vainilla.
Foto: Twitter @VeracruzTurismo
Si estás por Papantla, no olvides visitar El Tajín, la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, los murales repartidos en diversos puntos emblemáticos del pueblo y la Capilla del Cristo Rey.
Izamal, Yucatán
En el corazón de Yucatán, está Izamal, fundada aproximadamente en el año 550 d.C. por indígenas itzáes, quienes construyeron importantes pirámides en el lugar, las cuales aún prevalecen y que, por mucho tiempo, los lugareños consideraron como cerros.
Al mismo tiempo, el paso colonial dejó el Convento de San Antonio de Padua, el sitio más conocido de Izamal, así como empedradas calles, adornadas por antiguas y pequeñas casitas que han sido pintadas con un amarillo muy característico.
Foto: Unsplash
No te pierdas de la rica gastronomía yucateca, de las artesanías elaboradas con henequén y sus profundas raíces mayas, las cuales aún siguen viviendo en la población izamaleña.
Cholula, Puebla
El número uno de esta lista es Cholula, en Puebla, habiendo sido fundada en el año 500 a.C., por lo que se le considera como la ciudad viva más antigua no sólo de México, sino de América.
Se trata de un poblado que hoy en día está conurbado con la ciudad de Puebla y, por su cercanía, presenta una interesante mezcla del pasado prehispánico, el legado europeo y la modernidad.
Foto: Unsplash
No olvides de visitar la Gran Pirámide de Cholula, la más grande del mundo (por su basamento), el Santuario de la Virgen de los Remedios en la cima de la pirámide y sus numerosos restaurantes, bares y pulquerías en sus estrechas calles.
(Vía: El Universal)
