¿QUIÉN LE PUSO LOS COLORES A LOS SEMÁFOROS?
En la actualidad hay semáforos en casa esquina, sin embargo antes de su existencia no era así.
A principios de 1800, la policía dirigió carruajes tirados por caballos y otros vehículos en las principales ciudades. Ese sistema funcionó bastante bien, pero las autoridades querían señales más claras para evitar malentendidos peligrosos y permitir un flujo más suave.
En 1865, el ingeniero John Peake Knight, gerente de ferrocarriles en Londres, se acercó al Comisionado de la Policía Metropolitana de la ciudad con una idea.
Knight señaló que los trenes usaban un sistema de semáforo de lámparas de gas; una señal con un brazo elevado que indicaba a los conductores si el camino estaba despejado.
Expresó que los conductores podrían usar el mismo tipo de sistema en las vías públicas. La primera luz se instaló en 1868.
El sistema de semáforos funcionó bien durante el día, pero fue en gran medida inútil por la noche. Con este fin, a Knight se le ocurrió otra sugerencia novedosa: lámparas de gas, una verde y otra roja, para que pudiera verse en la oscuridad.
Los policías operaron estas primeras señales de tráfico a mano, haciendo sonar un silbato antes de cambiar entre las luces y los semáforos.
RATAS AL VOLANTE PARA REDUCIR NIVELES DE ESTRÉS
El sistema funcionó lo suficientemente bien en una sola intersección, pero en 1869, una fuga de gas causó una explosión e hirió al oficial que trabajaba en las luces. La ciudad de Londres suspendió el proyecto.
EVOLUCIÓN DEL SEMÁFORO
Ya en 1910, el ingeniero Ernest Sirrine realizó mejoras en el semáforo de Peake Knight: diseñó un modelo automático con las palabras stop (detenerse) y proceed (proceder).
Las luces automáticas verde y roja fueron una ocurrencia en 1912 de Lester Wire, un policía de Salt Lake City, Estados Unidos y serían patentadas por William Ghiglieri e instaladas en la ciudad de San Francisco cinco años después.
Las tres luces que actualmente regulan el tráfico urbano de todo el mundo se completaron cuando, en 1914, el oficial de policía norteamericano William Potts añadió el color ámbar, como etapa de transición entre movimiento y detención, en un semáforo de la ciudad de Cleveland.
DEL BLANCO AL VERDE
Los ferrocarriles comenzaron a usar luces para proporcionar indicaciones a los ingenieros. En lugar de usar dos luces, usaron tres: rojo, verde y blanco.
El diseño original utilizaba el verde para indicar «precaución», mientras que el blanco indicaba «todo despejado».
Asimismo, las luces funcionaban, en algunos casos, los resultados fueron desastrosos. Los conductores de los trenes no siempre podían ver las luces blancas, y los vidrios polarizados que daban a las luces sus colores podían romperse, haciendo que una luz roja pareciera blanca.
Finalmente, los funcionarios decidieron deshacerse de la luz blanca, cambiando «verde» para significar «ir».