¿Que hacer en PUEBLA?
Para decir que has visitado Puebla debes probar sus antojitos al pie de la banqueta, recorrer sus estrechos callejones llenos de color, deleitarte con los dulces típicos creados en la época colonial y experimentar los espacios contemporáneos que le dan un toque de actualidad al paisaje.
El equipo de Milenio arribó a la ciudad rodeada de montañas para llevarte por un recorrido a través de las calles de Puebla y Cholula, dos ciudades que combinan el pasado histórico con la modernidad, lo que las convierte en destinos únicos.
Sigue leyendo y déjate sorprender por Puebla y Cholula:
Inicio del día en el corazón de Puebla
La Poblanita, Callejón de los Sapos y Calle de los dulces. (Milenio)
El Centro Histórico de Puebla fue nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1987, por su “señorial arquitectura, tanto religiosa como civil”. Entre los edificios emblemáticos del Centro Histórico destaca la Catedral y un sinnúmero de casas con paredes cubiertas de azulejos.
Antojitos La Poblanita
A media cuadra de la Catedral de Puebla y en el corazón de la ciudad se encuentra La Poblanita, un discreto local en el que te atienden a través de una ventana; podría pasar desapercibido si no fuese porque vende toda una variedad de antojitos poblanos y su estrella principal es el molote.
Se trata de una especie de quesadilla frita, rellena con algún tipo de guiso como tinga, papas, queso, huitlacoche o camarón. Se prepara al momento y se sirve bañado en salsa y con crema al gusto.
La Poblanita atiende a todos sus clientes desde hace 61 años. Su fama es tal que es reconocido por ser el local donde se inventaron los molotes y ha aparecido en programas culinarios como “Destilando México”.
Callejón de los Sapos
Si continuas tu camino hacia el Oriente, a dos cuadras encontrarás el Callejón de los Sapos, una de las calles más pintorescas y atractivas del centro de la ciudad de Puebla en la que se alojan establecimientos de artesanías y lugares para beber algo con los amigos.
El nombre de esta calzada se remonta al pasado colonial, cuando las aguas del Río San Francisco se desbordaban hasta llegar al callejón, dando como resultado que ahí se alojaran una gran cantidad de sapos.
Es toda una tradición acudir al tianguis que se instala los domingos, en el que se puede encontrar antigüedades, artesanías y arte. Durante la noche, las luces se encienden y la música de los bares y cafeterías inundan el lugar, dando como resultado un ambiente bohemio.
Calle de los Dulces
Puebla es conocida por su tradición dulcera y no te puedes ir sin degustar la variedad de dulces poblanos. Si continuas tu recorrido al Norte, encontrarás una calle dedicada especialmente a este arte culinario.
Camotes, borrachitos, jamoncillos, ates, tortitas de Santa Clara y muéganos son algunos de los dulces que podrás probar. Cada pieza, hecha por productores locales destaca por su colorido, decoración e incomparable sabor que data de la época colonial.
La calle de Santa Clara está a tres cuadras del zócalo y debe su nombre a que en el siglo XVII ahí se ubicaba el Convento de las Monjas Clarisas y ellas fueron las iniciadoras de los dulces típicos en Puebla.
La primera dulcería se inauguró en 1892 y desde entonces más de 40 establecimientos se dedican a vender dulces típicos en dicha calle.
Hora de la comida junto a la gran pirámide
La Casa de Frida y Sabor a mi. (Milenio)
La hora de la comida llegó y el lugar elegido es el Pueblo Mágico de Cholula que se ubica a tan sólo 13 kilómetros de la ciudad Puebla. El municipio de San Pedro Cholula alberga a la pirámide con la base más grande del mundo y sorprende la tranquilidad en sus calles repletas de iglesias y campos de cultivo.
La Casa de Frida
A media cuadra de los portales de la Plaza de la Concordia se encuentra La Casa de Frida, un restaurante de cocina mexicana, que en realidad es un amplio patio decorado en vivos colores que representan la alegría mexicana.
En este sitio puedes pedir desde las famosas chalupas hasta los platillos mexicanos más elaborados, sin faltar, por supuesto, el pipián y el tradicional mole poblano, dos de los platos locales más famosos.
El ambiente del lugar se complementa con retratos de Frida Kahlo, molduras hechas a mano y una pequeña fuente con motivos prehispánicos al centro.
Sabor a mí
¿Qué te parece un helado artesanal para la hora del postre? A una cuadra de la gran pirámide de Cholula se encuentra Sabor a mí, un pintoresco local que tiene una oferta de helados artesanales, inspirados en el gelato italiano.
Además de los comunes, en esta heladería también podrás encontrar sabores como churro, mazapán, tortita de Santa Clara y algodón de azúcar, los cuales ofrecen una experiencia única al paladar y refrescan las tardes calurosas.
Cabe destacar que, en temporada de Día de Muertos o navidad, Sabor a mí tiene para todos sus clientes sabores exóticos para romper con lo tradicional, algunos de ellos son pan de muerto, galleta de jengibre, champange y ponche de frutas.
Cultura y naturaleza para finalizar el día
Museo Internacional del Barroco y Ecoparque Metropolitano. (Milenio)
Al final de la tarde, si quieres maravillarte con la Puebla contemporánea, el Museo Internacional del Barroco es una opción que garantiza no dejarte indiferente. Desde San Pedro Cholula son 14 kilómetros por el Periférico Ecológico al inmueble que se ubica en la Reserva Territorial Atlixcáyotl.
Museo Internacional del Barroco
El Museo Internacional del Barroco representa a la Puebla cultural y contemporánea. Desde el exterior, el edificio blanco de paredes curvas, ubicado junto a la Vía Atlixcáyotl en la zona de Angelópolis, destaca por su arquitectura y un lago artificial a su alrededor.
El museo fue diseñado por el destacado arquitecto japonés Toyo Ito y se basa en tres principios: la fluidez, la luz clara y la ecología. A lo largo de nueve salas, este museo alberga obras que tuvieron repercusión con el barroco.
Ecoparque Metropolitano
Justo a un costado del Museo Internacional del Barroco encontrarás la entrada al Ecoparque Metropolitano de Puebla. A tu ingreso, un sendero rodeado de arbustos de lavanda divide la explanada de pasto verde y un lago artificial que hacen del lugar una especie de oasis en medio de la ciudad.
Adentrarse por los senderos de este parque es dejarte conquistar por la naturaleza y puedes recorrerlo a pie o en bicicleta. Además, es uno de los pocos parques del municipio en el que puedes llevar a tus mascotas, pues su ingreso está permitido.
(Vía: Milenio)