Cómo celebrar en casa el 10 de mayo, quinto domingo de Pascua

Cómo celebrar en casa el 10 de mayo, quinto domingo de Pascua

La celebración de la Resurrección de Jesús continúa en las siete próximas semanas de Pascua hasta culminar en Pentecostés. Durante este tiempo de confinamiento Aleteia, en colaboración con la revista Magnificat, sigue ayudándole a celebrar la Palabra de Dios en casa.

Guía general a la celebración

  • Si usted se encuentra solo, es preferible leer las lecturas y oraciones de la misa de este domingo (que también podrá encontrar en esta guía) o seguir la misa por televisión o en Aleteia a través de esta página especial creada por Aleteia para Semana Santa. Esta celebración requiere al menos la participación de dos personas.
  • Puede escogerse el horario más conveniente, entre la tarde del sábado hasta la tarde del domingo.
  • Esta celebración se adapta particularmente a un marco familiar, de amistad o de vecinos. Ahora bien, en el respeto de las medidas del confinamiento, es necesario verificar si está permitido invitar a los vecinos o amigos. En todo caso, durante su celebración, deberán respetarse estrictamente las consignas de seguridad.
  • Se ha de colocar el número de sillas necesario ante un espacio de oración, respetando las distancias establecidas por las autoridades.
  • En la medida de lo posible se renovará la decoración del espacio de oración: estatuas, imágenes, iconos, velas, flores… Para subrayar el carácter festivo, se podrán añadir dibujos de los niños, flores de papel, huevos de colores, e incluso bellas guirlandas de Navidad.
  • Una cruz o un crucifijo deberá siempre ponerse en el fondo.
  • Se encenderán una o varias velas, que deberán colocarse en un soporte incombustible (por ejemplo, un plato de porcelana o cristal). Al final de la celebración, se apagarán las velas.
  • Se designa a una persona para dirigir la oración, quien establecerá la duración de los momentos de silencio y preparará la celebración.
  • Se designan los lectores para las diferentes lecturas.
  • Los presentes pueden preparar las oraciones de los fieles (aquí se propone una fórmula). Se pueden preparar cantos apropiados.

QUINTO DOMINGO DE PASCUA
Celebración de la Palabra
“Yo soy el camino, la verdad y la vida;
nadie va al Padre si no es por mí”, dice el Señor.

Nos sentamos.  La persona que guía la celebración toma la palabra:

Hermanos y hermanas,
nuestra vida afronta continuas pruebas.
En estos días de pandemia,
somos más conscientes que nunca
del papel de la muerte en el ocaso de nuestra vida.

Y, sin embargo, en este quinto domingo de Pascua,
iluminados por la luz de la Resurrección,
Jesús nos revela que Él es el camino que lleva al Padre
y que, si ha dejado este mundo,
es precisamente para prepararnos
el mejor de los lugares junto al Padre.

El seno del Padre desde toda la eternidad
es la morada de su Hijo amado.
Ese es el lugar en el que,
con Él y en Él,
en el corazón de la unidad de Amor del Padre y del Hijo,
nos promete una eternidad feliz,
en la comunión del Espíritu Santo.

Entonces, ¿de qué tendremos miedo?
Nos espera el corazón de Dios.
Es la morada que nos ha preparado en su casa.

El guía hace una pausa de un minuto de silencio y continúa diciendo:

Jesús,  buen Pastor,
En este domingo no podemos
celebrar la Eucaristía,
pero tú nos pides actualizarla
amándonos los unos a los otros
como tú nos has amado.

R/. Amén

Después de un momento de silencio,
todos hacen la señal de la cruz, diciendo: 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

El guía de la celebración sigue diciendo: 

Para prepararnos a acoger la Palabra de Dios
y de este modo se convierta en motivo de purificación para todos nosotros,
reconozcamos con humildad nuestros pecados.

Sigue el rito penitencial:

Señor, ten misericordia de nosotros.
Porque hemos pecado contra ti.
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Y danos tu salvación.

Que Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados,
y nos lleve a la vida eterna.
Amén.

Se pronuncia o canta:

Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Recitamos el Gloria.

Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros,
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. 

Amén.

Gloria in excelsis Deo,
et in terra pax hominibus bonae voluntatis.
Laudamus te,
Benedicimus te,
Adoramus te,
Glorificamus te,
Gratias agimus tibi propter magnam gloriam tuam,
Domine Deus, Rex caelestis, Deus Pater omnipotens.
Domine fili unigenite, Jesu Christe,
Domine Deus, Agnus Dei, Filius patris,
Qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
Qui tollis peccata mundi, suscipe deprecationem nostram.
Qui sedes ad dexteram Patris, miserere nobis.
Quoniam tu solus sanctus,
Tu solus Dominus,
Tu solus Altissimus, Jesu Christe,
Cum Sancto Spiritu in gloria Dei Patris. Amen.

ORACIÓN
El guía de la celebración recita la siguiente oración:

Padre nuestro,
lleva a su pleno cumplimiento en nosotros,
el Misterio de tu pasión, muerte y resurrección,
para que, quienes por tu bondad
hemos sido renovados en el Bautismo
demos frutos abundantes con tu ayuda y protección
y alcancemos los gozos de la vida eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor,
R/. Amén

(Via: Aleteia/ Espiritualidad) 

 

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