6 parques nacionales en México para una escapada a la naturaleza
Parque Otomí-Mexica, Estado de México
A menos de dos horas al poniente de la Ciudad de México, el Centro Ceremonial Otomí es un espacio dedicado a la preservación de las tradiciones de una de las culturas ancestrales más representativas del centro del país.
El sitio forma parte del bosque Otomí-Mexica, que comprende 105 hectáreas de superficies boscosas en las que crecen pinos, encinos y árboles de coníferas, además de invernaderos y estanques con truchas. Desde 1980, el parque presume la designación de Área Natural Protegida Parque Ecológico, otorgada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
Parque nacional Isla Contoy, Quintana Roo
El Parque Nacional Isla Contoy se encuentra a 30 kilómetros al norte de Isla Mujeres y cuenta con una superficie de 230 hectáreas que reúnen lagunas, manglares y selvas bajas.
Debido a su gran importancia ecológica, la “Isla de los Pájaros” –llamada así gracias a las más de 150 especies de aves residentes y migratorias que la han hecho su hogar–, el parque limita su número de visitantes a 200 por día. Denominada Parque Nacional en 1998, actualmente, es administrada por la CONANP y la asociación civil Amigos de Isla Contoy, y cuenta con áreas recreativas, un centro de visitantes y senderos para explorar su flora y su fauna.
La exuberante biodiversidad de la isla Contoy comprende tiburones ballena, mantarrayas, corales, caracoles rosados, tortugas marinas, fregatas, garzas, pelícanos y golondrinas marinas.
Las excursiones para visitarla parten desde Cancún e Isla Mujeres.
Reserva de la Biósfera Montes Azules, Chiapas
Enclavada en la selva Lacandona, la Reserva de la Biósfera Montes Azules, que recibió su denominación en 1978, es un espacio verde de selvas altas, bosques y valles con cuerpos de agua que completan su hermoso paisaje.
Debido a su ubicación –resguardada entre las lagunas de Miramar y Lacanjá, y nutrida por los ríos Negro, Tzendales y San Pedro–, goza de una gran biodiversidad que, en una hectárea, puede incluir hasta 160 especies de plantas vasculares, y árboles que albergan hasta 70 especies de orquídeas diferentes.
Área Natural Protegida Valle de los Cirios, Baja California
Situada en el municipio de Ensenada, el Área Natural Protegida Valle de los Cirios es un espectáculo desértico que muchos expertos han considerado “uno de los tesoros naturales mejor conservados en la Tierra”. A pesar de que su terreno es árido y el paisaje parece pertenecer, exclusivamente, a la arena y las rocas, el sitio se encuentra flanqueado por el océano Pacífico, al oeste, y con el Mar de Cortés, al este. La región es conocida por sus cardones gigantes y árboles torote; cuenta principalmente con vegetación de desiertos arenosos y dunas costeras.
Parque Nacional Cumbres de Majalca, Chihuahua
Tierra de cañones escarpados y cantiles de gran altura, Cumbres de Majalca, ubicado 50 kilómetros al noroeste de la ciudad de Chihuahua, es un parque nacional en donde el tiempo y la naturaleza se han encargado de embellecer el paisaje, confiriendo duras pinceladas a las piedras que hoy lo resguardan.
Sus monumentales escenarios que se extienden a lo largo de 4,772 hectáreas y que reciben aves migratorias de Estados Unidos y Canadá, cuentan con sitios designados para acampar ante algunas de las vistas panorámicas más arrebatadoras en el estado.
Parque Nacional Cañón del Río Blanco, Veracruz
Este refugio veracruzano de flora y fauna silvestres, tiene una extensión de 55,900 hectáreas. Se ubica en los municipios de Nogales y Río Blanco, en uno de los puntos más altos donde se encuentran formaciones rocosas llenas de vegetación, así como cascadas y cañones con caídas de hasta 20 metros.
Alberga diferentes tipos de vegetación como el bosque de pinos, bosque de pino-encino y bosque mesófilo. Decretado en 1938 como parque nacional, la reserva presume entre sus atractivos a la tirolesa más grande del estado.
(Vía: El Heraldo de México)