Homún, el pueblo de Yucatán que es la meca de los cenotes
Distribuidos en millares por toda la península de Yucatán, los cenotes son una de esas maravillas naturales que el resto del mundo puede envidiarle a México. Nadar en un ojo de agua con tonalidades turquesa y rodeado de peculiares formaciones rocosas u oculto en una gruta, es una experiencia que debes vivir al menos una vez.
Existen cenotes que, con el paso de los años, se han vuelto famosos y son muy visitados. Sin embargo, hay otros que permanecen inexplicablemente fuera del radar y que resultan perfectos para los amantes de la aventura o quienes huyen de las multitudes. Alrededor de ellos, poco a poco se crean servicios turísticos y experiencias fuera de lo común, aunque manteniendo la atmósfera rústica y el contacto con la naturaleza.
Si este tipo de lugares te llaman la atención, tienes que visitar el pueblo de Homún. El mayor atractivo de esta pequeña comunidad, situada a una hora en auto desde Mérida, es una gran cantidad de cenotes con diferentes tamaños y servicios; muchos de ellos tienen precios bastante económicos.
Puedes conocer varios en un mismo día o quedarte varios días para explorar con más paciencia, ya que existen complejos de cabañas, zonas de camping y hasta glamping (campamentos de lujo).
Cenote Wolpoch. Foto: Homún Ja
También se han creado tours que visitan varios cenotes de Homún sin que tú te preocupes de pedir direcciones o buscar transporte adicional. Por ejemplo, la agencia Buggoz hace recorridos en cuatrimoto.
A continuación, te contaremos sobre 8 lugares que puedes visitar en Homún para nadar libremente en cenotes.
¿Qué es un cenote?
Antes que nada, recordemos cómo surgieron estos ojos de agua.
Hasta hace unos 11 mil años, la península de Yucatán se encontraba sumergida en el mar. Cuando quedó al descubierto, las constantes lluvias fueron filtrándose en el piso de piedra caliza hasta crear ríos subterráneos que dieron forma de “queso gruyere” a la región. De esta manera surgieron los cenotes, manantiales alimentados por los ríos que corren por debajo de la superficie. Los cenotes más jóvenes están por completo cubiertos por roca, mientras los más antiguos tienen el techo colapsado.
Foto: iStock
La palabra “cenote” es una versión castellanizada del término maya ts’onot, que significa “agujero en el suelo”.
Para los mayas, los cenotes representaban un portal al mundo de los muertos, conocido como Xibalbá.
Algunos cenotes de Homún, Yucatán
1. Yaxbacaltún
Foto: Yaxbacaltún
Es un cenote semiabierto, para el cual hay 2 maneras de acceder: usar unas escaleras o descender a rappel por un agujero de roca caliza, hasta alcanzar una profundidad aproximada de 15 metros.
En este lugar es posible echarte clavados desde una plataforma, jugar con una cuerda al estilo Tarzán o practicar esnórquel. Si tienes suerte, puedes encontrarte con un pájaro toh (habitante de la península de Yucatán, conocido por su larga cola con plumas negras y de color turquesa).
El centro ecoturístico tiene área de descanso con hamacas, cabañas en renta y área para acampar. También se realizan ceremonias mayas bajo solicitud.
El costo de entrada es de 50 pesos por persona, no incluye equipo ni actividades extra.
2. Cabañas y Restaurante Santa Cruz Homún
Foto: Cabañas y Restaurante Santa Cruz Homún
En este complejo turístico hay 2 cenotes cristalinos, uno de tipo cerrado (con profundidades de uno a 14 metros) y uno semiabierto (de 4 a 14 metros). En este último se encuentra la entrada a una espectacular gruta con aproximadamente 100 metros de largo.
El acceso general a los 2 ojos de agua es de 50 pesos, e incluye chaleco salvavidas.
Hay una tirolesa con vista espectacular, es el único lugar de Homún con este atractivo. Su costo es de 120 pesos.
También hay espacio para hacer senderismo, temazcal y una alberca. Aprovecha para comer ahí, se sirven platillos típicos yucatecos.
El centro turístico cuenta con cabañas y área de campamento.
3. Cenote Tza Ujun Kat
Es uno de los 3 cenotes municipales de Homún. Entre sus particularidades hay una vista poco común: un árbol dentro de la gruta, además de que en sus alrededores vuelan cientos de golondrinas.
Al cenote se accede mediante unas escaleras de concreto, aunque puedes apreciar su otra entrada que consiste en un techo colapsado por donde se filtra la luz natural. Sus tonalidades van del turquesa al esmeralda y posee distintas profundidades, para chapotear o nadar.
4. Cenote Wolpoch
Foto: Homún Ja
Es de tipo cerrado, con un acceso de escaleras de piedra e iluminación. Tiene un mirador a 5 metros bajo tierra, antes de llegar al agua. La profundidad del agua es de 2 metros y medio como máximo.
El sitio cuenta con hamacas, columpios y un meliponario (los colmenares donde se extrae la miel de abeja melipona, endémica de la península). Por cierto, es pet friendly.
La tarifa es de 120 pesos.
5. Hacienda Kampepén
Foto: Hacienda Kampepén
Posee 2 cenotes, uno semiabierto y otro cerrado. Ambos se visitan en un recorrido autoguiado que abarca 1.2 kilómetros.
El costo de entrada es de 180 pesos e incluye chaleco.
También hay tours nocturnos (275 pesos) y área de camping.
6. Cenotes Santa Bárbara
Foto: Cenotes Santa Bárbara
En este centro turístico hay 3 cenotes que se visitan en bici o en un truck (vehículo jalado por mulas, sobreviviente de la época de las haciendas henequeneras).
El cenote Cascabel es de tipo cerrado, tiene luz artificial y 10 metros de profundidad. Chaksikín es semiabierto y tiene 16 metros de profundidad, mientras Xoch está a cielo abierto y alcanza 40 metros.
Hay paquetes desde 250 pesos por persona, con visita a los 3 cenotes, chaleco y transporte a cada uno.
Cuenta con restaurante tradicional y souvenirs.
7. Glamping Hameki
Es un campamento conformado por tiendas tipo safari, cada una con cama. Está cerca de 3 cenotes que puedes visitar.
Hameki también tiene una alberca de piedra natural, área de hamacas, columpios, juegos de mesa para pasar el tiempo y un restaurante con platillos típicos y opciones veganas. Además, puedes pedir una sesión de temazcal o una cena romántica.
La noche va desde 2 mil 625 pesos, en ocupación doble.
(Vía: El Universal)