Egipto, historia y maravillas en cada paso

Entre las grandiosas pirámides, las tumbas con los tesoros de los faraones, el lujo de Cleopatra y la maldición de Tutankamón, este recorrido por una de las maravillas del mundo te va a encantar. 

A orillas del Nilo y con la mejor vista de El Cairo desde el piso 20 del Hotel Intercontinental Semiramis, es mucho más fácil describir el panorama de esta enigmática capital que hay que visitar sobre todo en los meses de marzo y abril, los más agradables para conocer cualquier parte de un destino que jamás duerme; hasta el legendario río Nilo se ilumina con las luces de los barcos y automóviles que cruzan un largo puente.

Pirámides de Giza

Al ser las únicas estructuras en pie que sobreviven de las Siete maravillas del mundo antiguo, las pirámides de Keops, Kefrén y Micerino son la mayor atracción de esta nación (en realidad hay poco más de 100, aunque ninguna se compara con ellas) y se encuentran situadas a 20 km del centro de El Cairo, en Giza.

Museo Egipcio

Lo que falta dentro de las pirámides, sin contar las 50 mil reliquias que hoy atesora el Louvre de Francia, desde que Napoleón hizo un tour completo por Egipto, se halla en pleno centro, en el Museo Egipcio de El Cairo, una joya con más de 100 años de historia. No obstante, para 2020 se prevé estrenar un nuevo recinto cercano al de las verdaderas pirámides.

La exhibición dispone de la más grande colección del Antiguo Egipto: 136,000 piezas que incluyen papiros y enormes sarcófagos, además de una sala que alberga a las momias (aunque eso sí, la entrada para conocerlas se cobra aparte). Lo mejor es el imperdible espacio en el que exponen las gloriosas reliquias del célebre faraón Tutankamón, como el trono de oro y plata que fue encontrado en la tumba y sobrevivió a los saqueos por estar debajo de otra tumba del Valle de los Reyes, en Luxor.

Mercado

Otra visita que vale la pena es al mercado souk (o zocoJan el-Jalili o Khan El Khalili, con un estilo de shopping muy particular. Está ubicado en la parte vieja de la capital, donde solía estar el mausoleo del Califato fatimí, como parte del palacio del comandante siciliano Jawhar al-Sigilli, quien conquistó Egipto y fue precisamente quien fundó El Cairo.

El valle de Cleopatra

Fuera de la capital, apenas es suficiente un día para disfrutar la legendaria Alejandría de Cleopatra, la ciudad de los mil palacios que fundó Alejandro Magno, que siendo una de las Siete maravillas del mundo se hundió por no soportar el peso de tantos templos.

Lúxor, suerte maldita

Del otro lado del país, bien al sur, se localiza la ciudad de Asuán, donde casi enterrado y sin terminar todavía se resguarda un impresionante obelisco que, se cree, pudo ser la pareja del Obelisco de Karnak, que hoy está en Roma.

De la misma ciudad salen cruceros de cuatro noches que terminan en la fabulosa Lúxor, que en árabe significa ‘Los palacios’. Pero en vez de pirámides allí enterraban a los faraones en el Valle de los Reyes y el Valle de las Reinas, donde se descubrió la tumba de Tutankamón y surgieron las tenebrosas maldiciones que se dicen cargan los espectaculares tesoros, los cuales hoy día se exponen en el Museo Egipcio de El Cairo. 

 

Las otras maravillas de Egipto

1. Paseo en camello por el desierto, al estilo Lawrence of Arabia, en las pirámides de Giza, para sentirte como Sarah Jessica Parker y sus amigas en la serie Sex and the City.

2. Bañarse en leche y miel, al mejor estilo de Cleopatra. La receta es añadir a la tina agua caliente mezclada con leche antes de agregar la miel caliente.

3. Las famosas sábanas de cama con verdaderos hilos de algodón egipcio; en El Cairo se pueden pedir a medida y las cosen al momento de la compra.

4. Un lujo: alquilar uno de los clásicos barcos de vela llamado Felouka para recorrer el Nilo (cuesta menos de 15 dólares la hora) o un yate en Alejandría, además de la opción de subir a un globo aerostático por 225 dólares y sobrevolar la orilla de Luxor.

5. Tomar un masaje. Son frecuentes dos estilos muy particulares: el Tahib, en el que se emplea un rodillo que se pasa por todo el cuerpo, y el de cuatro manos, ¡que se siente tan bien como suena!

Vía: Vanidades

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