El pueblo mágico de Pahuatlán produce uno de los tesoros gastronómicos más caros y deliciosos del mundo. Nos referimos al mole de chicatanas, un ingrediente único, milenario y muy pero muy sabroso.
Un gusto de lo más caro
En algunos lugares del país es conocido como el mole de los dioses, primero por su precio. Pues un cuarto de la hormiga chicatana puede llegar a costar 700 pesos y segundo, por su gran sabor. Ya que los afortunados que lo han probado dicen que una cucharada, te hace tocar las puertas del cielo.
La chicatana es un tipo de hormiga muy apreciada en nuestro país. Pero en Pahuatlán, Puebla, es un ingrediente tradicional de su cocina. Ahí, son conocidas como chícales y sólo salen de sus escondites una vez al año en época de lluvias. Por eso atraparlas, se vuele una de las actividades más singulares para producir uno de los moles más ricos.
Esta jornada es conocida entre sus habitantes como “chicalear” y dura toda la noche. Por lo que suele ser muy cansado para todos los miembros de la familia. Además, no todas pueden otorgar ese sabor tan característico al mole, sólo las que vuelan son capaz de producir el resultado deseado.
La diversidad también se encuentra en otras tierras
Si bien esta hormiga no es exclusiva de Pahuatlán, en otros estados como Oaxaca, Chiapas y Sonora también se consume. Aunque bajo nombres diferentes como nucú, mochomos u hormiga sanjuanera. Sin embargo, desde la época prehispánica estas hormigas formaban parte de la alimentación de nuestros antepasados, quienes las preparaban en salsas, tamales y como botana. Actualmente se sabe que su aporte proteínico es muy grande.
Proceso de preparación del mole de chicatanas
Para preparar el mole de chicatanas, las hormigas se avientan vivas al comal, cuando están masomenos salteadas, se les quita la cabeza y las patas, que igualmente sirven para realizar otras preparaciones.
Este mole de chicatanas se prepara en ocasiones especiales, como bodas, bautizos y quince años. Y aunque en Morelos también hay hormigas chicatanas, no son comestibles por el tipo de tierra en el que se crían, lo cual vuelve aún más especial a Pahuatlán.
Hoy en día, estos insectos se encuentran en los menús de los restaurantes de alta gama en México. Si bien su precio suele ser muy caro, estamos seguros que vale la pena pagarlo. Pues el esfuerzo de las familias y el sabor que nos dejaron nuestros antepasados, sin duda, es una experiencia que no tiene precio.
(Vía: MásMéxico)