Hoy es el Día Internacional del Gato. Conoce algunos de los destinos donde respetan y admiran a los michis

Hoy es el día de Su Majestad el gato, y en estos lugares lo adoran

Su Majestad; el destructor de mundos; el empoderado; el dueño de tu casa, de tu cama y de tu sueldo; la estrella de los memes y videos: el gato. No solo tiene uno, sino tres días internacionales en su honor: el 20 de febrero, el 8 de agosto y el 29 de octubre.

Algo tendrán de divino. Para los egipcios, los gatos eran animales sagrados, un símbolo de protección. Se dice que estaba prohibido lastimarlos y, si alguien llegaba a hacerlo, el culpable podría pagar con su propia vida.

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Chavela. Foto: cortesía Leslie Santana

El profeta Mahoma amaba a los animales en general, pero sus favoritos eran los gatos. El mensajero de Alá inculcaba el respeto y la compasión hacia todas esas criaturas, y, por el contrario, condenaba el maltrato. Los mininos son tan puros, decía, que tienen un lugar reservado en el paraíso. Una leyenda cuenta que el profeta les dio la capacidad de caer de cuatro patas, pues con sus caricias, eran bendecidos.

En 2002, el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), eligió el 8 de agosto como el Día Internacional del Gato, no solo porque en esta temporada de verano, en el hemisferio norte, es cuando los felinos están más activos sexualmente, también para hacer conciencia sobre los derechos de los animales.

Muchísimos no tienen hogar. Muchísimos son víctimas de la crueldad o de la indiferencia de los humanos. Sin embargo, hay lugares en el mundo donde los gatos son adorados o respetados. De todos ellos elegimos algunos sitios curiosos donde los michis son valorados.

Cat Lover Garden. Seúl, Korea

Es cafetería, jardín y un refugio para gatos. También es el sueño de muchos rescatistas y adoradores de michis. Cat Lover Garden se ha convertido en uno de los lugares más instagrameables de Seúl y en un atractivo turístico.

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Foto: captura de Instagram @cat_lover garden

En el jardín abundan los árboles frondosos y los caminos flanqueados por rocas; las  estatuas de Buda, los cuencos y las minipagodas de piedra huecas por donde se llega a asomar, de repente, la cabeza de un gatito persa o cálico.

Por todos lados hay casas y árboles para gatos.

Ellos pueden andar por donde se les antoje. En el interior tienen el derecho a subirse a las mesas, a los escritorios, a tus piernas y, si quieren, a tus hombros para ronronearte al oído. Y a nadie le pasa por la cabeza hacerles el fe.

En las paredes se empotraron repisas escalonadas y cubos de madera. En el suelo hay camas mulliditas para que amasen bien a gusto y una buena cantidad de rascadores para que ninguno se pelé.

Se dice que es la cafetería de gatos más grande del mundo. Tu entrada incluye una lata de comida húmeda y un locker para guardar tus pertenencias. Te facilitan tapetes para sentarte en el pasto y convivir con uno o más de los 100 gatos que viven ahí. Pero antes de acceder a este paraíso gatuno debes lavarte las manos para no transmitirles alguna enfermedad.

Cuenta con servicio de adopción para las Karen y los Karencios coreanos.

¡Bien por Turquía!

En el islam, hay un proverbio que dice: “si has matado un gato, debes construir una mezquita para que Dios te perdone”…

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Foto: Archivo EL UNIVERSAL

A principios de julio, el parlamento turco ratificó su reforma de ley sobre maltrato animal. Perros y gatos ya no son considerados una propiedad, sino seres sintientes. Así que cualquier tipo de abuso será considerado “daño a la vida”. La agresión será pagada con fuertes multas y con penas que van de los seis meses a los 10 años de prisión. Se prohíben las ventas de mascotas en tiendas físicas, la explotación y las peleas de animales; ahora, los criadores serán supervisados por autoridades. Los ayuntamientos, además, deberán abrir refugios para animales callejeros.

Quien haya viajado a Estambul, sabrá que parte de su esencia son los gatos. En plena calle se pueden ver platitos de comida, tazones con agua y hasta casitas construidas ex profeso para los michis. En muchos establecimientos, restaurantes y mezquitas hay un lugar para ellos: una camita o un espacio para comer. Muchísimos estambulitas (no todos, pero sí millones más que en México) no solo alimentan a gatos callejeros, también les dan cariño, cuidado y hasta los llevan al veterinario. Incluso hay programas de esterilización para evitar que más y más gatitos y perros nazcan y sufran en las calles.

En la ciudad, hay gatos que se han convertido en celebridades. La mezquita de Santa Sofía, por ejemplo, tiene a su propia gatita, Gli, que desde 2004 decidió vivir ahí. Tombili, además de un gato gordo y carismático, fue una celebridad. Cruzo el arcoíris en 2016, y fue tan querido que hasta el alcalde mandó levantar una estatua para recordarlo en el barrio de Kadıköy, en el lado asiático, donde siempre vivió.

Monjes peludos en el Santuario Miau Miau

Koyuki es la monja principal de Nyan Nyan Ji ( traducido, sería algo así como Santuario Miau Miau) en la ciudad de Kioto. El humano de esta gatita blanca, con su propia cuenta en Instagram (@nekojizo) de más de 14 mil seguidores, es Kaya, un artista japonés que pinta para santuarios y templos. Él es el fundador  de Nyan Nyan Ji y, además de estatuas de divinidades, también añadió al templo un toque gatuno, con esculturas, murales y pinturas de felinos. Montó un restaurante en el que toda la vajilla tiene que ver con michis: platos, base de palillos, tazas, tapices decorativos…

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Foto: captura de Instagram @nekocijo

Japón tiene otro templo con un salón dedicado a los gatos o, más bien, al maneki-neko, el gato de la fortuna. El templo de Gotokuji se encuentra al oeste de Tokio, en el barrio Setagaya. Ahí vivía una gatita que salvó la vida de un hombre adinerado, allá por el siglo XVII, según una leyenda. En agradecimiento, este señor donó mucho dinero al templo que, en ese momento, era paupérrimo. Cuando murió la gata, fue enterrada en el cementerio del templo. Es por eso que una parte de ese sitio igualmente está dedicada a los gatos. En honor a la gatita se creo la figura del maneki-neko.

En Gotokuji se pueden comprar figuras del gato de la fortuna y darlas como ofrenda, al igual que las tablillas ema, con gatitos dibujados.

Dato curioso: ¿sabías que la isla de Aoshima, también en Japón, tiene más gatos por metro cuadrado que el resto del mundo? La llamada Isla de los Gatos es un atractivo turístico. No hay hoteles, restaurantes ni museos. Solo casas abandonadas. Los visitantes llegan para alimentar y acariciar a los mininos. Los últimos informes arrojan una cifra de 15 habitantes contra más de 120 gatitos en la isla.

Alitas y cerveza con buena causa en CDMX

El sonido de su ronroneo, su calorcito en tu regazo, unas cuantas sobaditas en su espalda, una rascadita en su cuello… Si te quieres relajar un ratito y tomarte una cerveza artesanal, visita Catfecito de Gato Gazzu, un café temático dedicado a estos peludos, en el número 266 de Avenida Baja California, en la colonia Condesa.

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Foto: cortesía Gato Gazzu

Alitas, hamburguesas y otros platillos de cocina de barrio con temática gatuna se sirven en Catfecito donde la idea es que convivas con varios michis. Se te acercarán con curiosidad; otros estarán dormidos en sus muebles o echando la flojera en el puente colgante.

También puedes comprar o saborear alguna de las cuatro variedades de cerveza artesanal Meow: pilsner, stout, porter y pale ale.

Tu consumo ayuda al rescate, manutención y cuidados de gatitos sin hogar. Gato Gazzu es un centro de adopciones que, para costear las esterilizaciones, las visitas al veterinario y la comida, también ofrecen pastelería para gatos y hasta un resort por si te vas de vacaciones. gatogazzu.org

 

(Vía: El Universal)

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