Nuestro país tiene más de 2 mil asentamientos arqueológicos alrededor de todo su territorio, muestra de un rico pasado histórico que vale la pena descubrir
Las zonas arqueológicas de México son un eslabón cultural vital dentro de la identidad de los mexicanos, ya que son la base para entender el pasado y punto de encuentro que dio paso al sincretismo que vivió nuestra tierra a la llegada de los españoles.
Sin ellas, nada de lo que somos hoy podría ser explicado. Por ello, te presentamos algunas de las más populares, entre las 193 que tiene bajo su resguardo el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), alrededor de toda la República Mexicana. Por la pandemia todas reciben sólo 30 por ciento de su aforo total.
Cobá, Quintana Roo
Cobá es una de las zonas arqueológicas de México que aún mantiene su nombre original, y significa ciudad entre agua picada, ya que se encuentra muy cerca de cinco lagos, los cuales fueron fundamentales para su desarrollo. Una de las cosas espectaculares de Cobá, en Quintana Roo, es que estaba comunicada por caminos hechos de piedra, conocidos como sacbé (camino blanco), los cuales eran muy largos y tenían el fin de conectar con diversos pueblos. El más extenso cuenta con 100km y llega hasta el sitio de Yaxuná, muy cerca de Chichén Itzá.
Chichén Itzá, Yucatán
Considerada una de las siete maravillas del mundo moderno. Chichén Itzá es uno de los espacios arqueológicos más populares y visitados del país, cada año, millones de personas procedentes de todo el mundo se dan cita durante el equinoccio de primavera para ser testigos del juego de luz y sombra que ocurre sobre la escalinata de la pirámide El Castillo, ya que el Sol conforme va ascendiendo va iluminando el basamento, creando triángulos que parecen descender hasta la cabeza de la serpiente emplumada que se encuentra en la base de la pirámide.
Calakmul, Campeche
Adentrarse en esta ciudad maya descubierta en la década de 1930, es encontrarse frente a frente con la urbe más importante de período clásico maya. Junto con Tikal y Palenque, Calakmul, en la región de Petén, en Campeche, fue uno de los centros políticos con mayor influencie en la cultura maya, siendo en este sitio donde más estelas se han encontrado, muchas de ellas con iconografía esencial para descifrar la relevancia de esta zona arqueológica de grandes plazas ceremoniales y conjuntos residenciales.
Uxmal, Yucatán
Si decides realizar la Ruta Puuc, visitar Uxmal es imprescindible, ya que es el asentamiento más relevante de esta región, entre sus edificios más importantes destaca, por supuesto, la pirámide del adivino, el cuadrángulo de las monjas y la casas de las palomas, todos pertenecientes al maya clásico tardío. Una de las principales características en las que hay que poner especial atención en Uxmal, Yucatán, son las fachas, la mayoría decoradas con mascarones de Chac, el dio de la lluvia, y altas cresterías.
Teotihuacán, Estado de México
Los mexicas solían llamar a Teotihuacán, una de las ciudades más grandes de Mesoamérica, el lugar en el que fueron hechos los dioses. Su relevancia fue tal, que llegó a concentrar más de 100 mil habitantes, dado que era considerada una urbe sagrada para la sociedad teotihuacana. Nombrada en 1987 como patrimonio mundial de la UNESCO, Teotihuacán, en el Estado de México, guarda algunos se los testimonios más importantes del urbanismo del mundo antiguo.
Bonampak, Chiapas
La importancia de esta ciudad maya no radica en su arquitectura, sino en su excelente técnica para elaborar dinteles en piedra, estelas y monumentos labrados, así como si inigualable desarrollo pictórico al cual se le debe su nombre, Bonampak, la urbe con los muros pintados o teñidos. En esta zona arqueológica vale la pena poner singular atención a todos los murales, sobre todo los que se encuentran en el edificio 1 o en las pintas, las cuales, tanto por su complejidad y buen estado de conservación, son imperdibles durante la visita. En pocos sitios puede apreciarse de esta forma el arte maya.
Tula, Hidalgo
Con inmensas esculturas de más de cuatro metros y ocho toneladas de peso, los toltecas inmortalizaron en esta zona arqueológica del estado de Hidalgo a los Atlantes de Tula, grandes piedras esculpidas que representan la relevancia social que tenían los guerreros en la época precolombina. Se dice que la función y simbolismo de estos guerreros era proteger al Dios Quetzalcóatl, aunque también se cree que fueron labrados como pilares del techo del templo de Tlahuizcalpantecuhtli. Fueron descubiertos en 1940
Monte Albán, Oaxaca
La zona arqueológica de Monte Albán, fue declarada por la UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad el 11 de diciembre de 1987 por su importancia histórica y social. Fue uno de los establecimientos más importantes de Mesoamérica y capital de los zapotecas hasta el 800 D.C., llegando a tener en su esplendor más de 35 mil habitantes, que en su mayoría se dedicaron a la agricultura. Durante el período clásico tuvo vínculos muy importantes con Teotihuacán, los cuales quedaron manifiestos en su arquitectura, cerámica y pintura mural.
(Vía: El Heraldo de México)